Si no me encuentras, entonces abre
ganado
…
Ha pasado una semana desde que
Gabriel se marchó, aun sigo escuchando las burlas de los demás, pero no tengo
ganas de contestar, no tengo deseos de hablar con nadie, mi madre
constantemente me pregunta que me pasa, yo no quiero hablar con ella tampoco,
siento que si sigo quejándome solo voy a volver a lastimar a alguien como lo
hice con Gabriel. Ya no tengo derecho a replicar, ya no tengo derecho a
lastimar a alguien que amo.
Otra semana más, mi madre me ha
llevado con un especialista, un psicólogo podría decirse, el señor me hace
preguntas, pero no le contesto nada, me enseña unos dibujos y yo solo toco el
pequeño triangulo de alguna manera le hago saber que lo escucho, pero no quiero
hablar con él. Le dijo a mi madre que sufro un estado de depresión y le
cuestiono sobre lo que había pasado, le dijo que necesitaba terapia y que
preferiblemente me llevara con cierta regularidad. Ya no quiero ir a verlo.
Esta semana eh tomado el triangulo
y he salido a la calle, mirando por todos lados eh visto a las personas
burlándose de los demás, que si aquel esta enano, que si aquel es negro, que si
aquel está demasiado alto, que aquel es un monstro, que aquella es una ballena,
que aquella es una zorra, constantemente veo estas cosas y me pregunto ¿Qué
hace a una persona perfecta? ¿Por qué no se dan cuenta que todo esto lastima?
Quiero gritar, pero las palabras no salen de mi boca.
Hoy he dormido horas y horas, como
es domingo no tengo que salir de mi cuarto si no quiero, la verdad es que no
tengo ganas de hacerlo, tengo el pequeño triangulo entre las manos lo abrazo,
parece que es el único recuerdo que me queda de mis amigos, no quiero volver a
salir con nadie más, ya no tengo deseos de hacerlo, a veces me dan ganas de no
despertar nunca.
Este lunes no quiero salir de la
cama, mi madre insiste en que vaya a la prepa,
entra a mi cuarto y me ayuda a levantarme, supongo que debiera hacerlo,
me mira con tristeza, verla me provoca un sentimiento de remordimiento, así que
hago lo que me indica con rapidez, tomo mis cosas y salgo, camino por las calles
y tomo el autobús, Mariana me mira con una expresión de desprecio, bajo la
mirada para no tener que confrontarla, ella alardea con el resto de sus amigas,
me siento al final del autobús.
La sala
de música está sola, de alguna forma me siento cómoda aquí, no quiero entrar a
clases hoy, solo quiero dormir… este lugar es tranquilo… dormiré…
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