Buscar este blog

sábado, 1 de octubre de 2011

Significan te quiero (Parte Dos y Tres)


Ve, ¡corre escóndete! Contaré hasta diez y te buscaré aunque no estés listo, uno… dos… tres…
Otra vez recordé viejas palabras, últimamente Ernesto viene menos a  platicar conmigo y Gabriel, antes lo hacía cada tarde, después cada tercer día, después cada semana y ahora lleva un mes que no viene, empiezo a sentirme sola, sobre todo después de saber que Gabriel se mudará el siguiente mes.
-No te preocupes Ale, sabes que podremos seguir charlando aunque sea por carta, o también por email, además ya se pueden hacer video llamadas con la computadora, así que no será tan malo como lo haces ver.- dijo Gabriel tranquilamente –además todavía falta un mes, me mudare cuando se termine el semestre, y vendré a visitarte en cuanto pueda, pero quiero estudiar en esa preparatoria, porque me han dado una beca y de allí tendré asegurada la carrera en una buena universidad, además aquí también solo te quedará un semestre. – añadió.
-Pero eres mi único amigo en este lugar Gabriel, no sé qué haré sin ti, aunque lo trato de entender me es difícil asimilarlo, no es que no esté feliz, es solo que, aun no te vas y ya comienzo a extrañarte.- dije con tristeza
-¡Ay Ale! No llores- golpeo suavemente mi cabeza y luego me abrazo.
________________________________________________________
Te encontré, ese pequeño triangulo siempre hace ruiditos y te delata, pero sabes una cosa, sus ruiditos son divertidos y de esa manera aunque te pierdas en la oscuridad te encontraré y te abrazare siempre.
Han pasado dos semanas, Alejandra aun se siente triste, la invite a salir para que nos despejáramos un poco, a mi también se me hace difícil mudarme; después de todo; toda mi vida la eh pasado aquí, pero mi familia se ira y conseguí esa jugosa beca en esa preparatoria, no le puedo hacer el feo, se que ella  lo entiende, pero aun así sigue llorando cada vez que lo recuerda.
Alejandra y yo siempre hemos sido amigos, desde que éramos pequeños y jugábamos los tres juntos. Ernesto, ella y yo; siempre solíamos jugar escondidas, y ella encontraba a Ernesto tan rápido que este terminaba llorando por eso y ella siempre lo abrazaba para que no llorara, viejos tiempos, pero ahora todo eso es solo un recuerdo, Ernesto se separo de nosotros y nosotros estamos de este lado.
Me siento triste por Ale, realmente debería intentar hacer algo.
Salí de casa en la tarde, y fui a casa de Ernesto, quería hablar con él de todo esto, aun no llegaba cuando me abordaron sus amigos del equipo y me miraron con cara molesta.
-Oye raro, si tu joto, ¿A dónde vas?-
Camine sin contestar, la verdad discutir no era mi motivo, al menos no con ellos. Uno de ellos me tomo por la camiseta e intento levantarme.
-¡No me ignores idiota! Puedo partirte la cara cuando quiera- gruño molesto.
-Eso es algo que me tiene tan preocupado- conteste sarcásticamente.
-¿Qué dijiste?- y lanzo su puño contra mí, le regrese el favor, pero todos los demás se metieron, intente defenderme como pude, pero de repente ya no supe quien era.
Cuando desperté se habían ido, me dolía todo el cuerpo, me levante y volví a caminar hacia donde iba, esto no me detendría, me toque la boca palpitante, sangraba. Llegue a la casa de Ernesto, toque la puerta y él abrió.
-¡Gabriel! ¿Pero que te paso bro?- Escuche su voz preocupada.
-No es nada importante Ernesto, olvídalo.- conteste serenamente.
-No me digas que lo olvide, dime quien te hizo esto para irle a partir la cara ahora mismo- dijo molesto.
-¡que lo dejes así Ernesto! Esto no es a lo que vine y no es lo importante ahora- volví a comentar.
-¡Pero Bro!-  replicó.
-Nada de pero Bro, Ernesto ¿Por qué no has ido a casa de Alejandra?- lo mire
Él se quedo callado y bajo la mirada unos momentos, me invito a pasar. Su madre me ayudo curar mis heridas, no eran graves, pero dolían; cuando hubo terminado; fuimos a la habitación de Ernesto, él se sentó en su cama y yo en un sillón que tenía cerca, lo mire fijamente.
-¿Y bien? Aun espero la respuesta Ernesto- le dije serenamente.
Se mantuvo silencio.
-¡Dime! ¿Por qué te mantienes callado Ernesto? ¿Por qué ya no vas a charlar con nosotros a casa de Ale? – pregunte molesto ahora.
Me miro, su rostro reflejaba algo de molestia y cierta preocupación.
-Es que no se que van a decir los demás del equipo, siempre que salgo me preguntan a donde voy, últimamente me invitan a más fiestas y no les puedo decir que no, además…-  se detuvo
-¿Además qué?- le interrogue molesto.
-Además no es genial que te digan que la gorda es tu novia, me hace pasar ridículos, como esa vez que se nos acerco, y todos comenzaron a insultarla, me moleste con ellos y se empezaron a burlar de mí, me hicieron sentir un idiota- dijo molesto.
-¡Gorda! ¡Escúchate! ¿Desde cuándo te importa tanto lo que digan los demás? no te sientas un idiota- me levante –Eres un idiota, un idiota como ellos-
-¡Cállate Gabriel! ¡Tú no entiendes lo que es estar bajo esa presión todo el tiempo!- se puso de pie también
-Y tu olvidaste lo que se siente estar solo.- le recrimine molesto –Guarda silencio un momento Ernesto y escucha, nunca me importo con que personas te juntaras es tu vida y tú sabrás que haces con ella, pero si mal no recuerdo nosotros estábamos siempre solos, hasta que fue la misma Alejandra la que nos reunió, ella y yo jugábamos juntos y cuando te vio solo, ella te invito a jugar con nosotros, si tu quieres olvidarte de nuestra infancia y de todo lo que pasamos está bien y si a ti no te importa a mí también me puede valer… pero a Alejandra le importa mucho.- lo mire fijamente.
-¿y qué quieres que yo haga Gabriel? ¿Quieres que deje el equipo solo para juntarme con ustedes? ¿Qué deje a mis otros amigos solo porque a ustedes no les agradan?- contesto molesto.
-Solo quiero que pienses quiénes son tus amigos Ernesto- cerré los ojos un momento y me di la vuelta, abrí la puerta –me mudaré en dos semanas, no me importa si no te despides de mi, ya que me estoy dando cuenta quienes son los que realmente te importan, adiós… bro…- salí y cerré la puerta enojado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario