Buscar este blog

lunes, 3 de octubre de 2011

Significan Te quiero (Quinta Parte)


No vayas a espiar, tienes que contar hasta diez y luego buscarnos
Gabriel se marchará pronto, realmente me hará mucha falta supongo que tengo que aprender a estar sola, aunque la prepa se me hace muy grande cuando no él no está. Como hoy que no vino, me dijo que tenía que verificar una papelería y que iría a mi casa en la tarde, así que hoy estoy comiendo sola en esta banca donde nos sentamos siempre, de algún modo me siento más cómoda aquí, seguí con mi almuerzo, cuando escuche un sonido que me pareció familiar.
-Esos ruiditos, tiene que ser- sonreí un poco y camine siguiendo aquel sonido. Sin pensarlo mucho, llegue a un salón en la segunda planta de la escuela,  un poco antes de llegar a la puerta el sonido se detuvo de pronto, me detuve un momento no quería entrar apresuradamente, tal vez era solo mi imaginación, espere unos momentos y fue cuando lo escuche, tres toques.
Sentí que mi corazón se estremecía, eran aquellos viejos recuerdos que regresaban a mi mente, tres toques, tres toques: -tres toques significan te quiero Ale- pensé recordando las palabras de Ernesto cuando éramos pequeños.
Rápidamente entre al salón, pero no vi a nadie, pensé que Ernesto estaría allí pero no era así, me entristecí un poco, puede que todo sea solo producto de mi imaginación, sobre todo ahora que Gabriel se va, solo son alucinaciones mías, estaba por dar la vuelta y regresar por donde vine, cuando vi el pequeño triangulo en uno de los asientos estaba completo, lo tome entre mis manos y sin pensarlo lo toque, tres veces, me sentí muy feliz de tenerlo, después de todo era un valioso recuerdo y de algún modo sentía que estaba allí para mi, así que lo tome y salí.
Regrese a aquella banca y me senté, tome el pequeño triangulo entre mis manos y comencé a llorar, mi corazón se estaba partiendo en pedazos, eran mis recuerdos; nuestros recuerdos, tal vez algún dia pudiésemos volver al pasado, pero no se puede regresar aunque de alguna manera, esta es la forma en que Ernesto me dice que sigue conmigo, que seguimos siendo amigos, o al menos quiero creer eso.
Terminaron las clases, estaba dispuesta a regresar a casa, llevaba el pequeño triangulo conmigo colgado de un lateral de mi mochila, cuando ellas me encararon.
-Ya casi nos deshacemos de uno, pero aun así quedará otro estorbo aquí- dijo una chica con tono déspota.
No la miré e intente seguir caminando.
-No me ignores ballena, o ¿es que tu grasa te tapa los oídos y  te hace estar sorda?- dijo otra de ellas.
-Déjenme en paz, no tengo intenciones de hablar con ustedes- conteste indiferente.
-Sabemos que tu novio el vampiro ese se va a mudar, así que solo queda deshacernos de ti, bueno faltarían algunos raros más, pero ustedes son los que osan estar aquí donde todos podamos verlos, y asquearnos, así que si no quieres que hagamos de tu vida un infierno es mejor que te unas al resto y te vayas a la zona oscura de los raros gorda asquerosa- replico una voz irritada.
-No es de su incumbencia y ustedes no me mandan- conteste sencillamente.
-¿Qué es esto?- dijo una y se acerco a mi tratando de quitarme el triangulo.
-¡No lo toques!- me moví para evitar que me lo quitara, pero las otras se abalanzaron sobre mi y empezaron a jalonearme hasta que lograron zafarlo.
-Es solo una basura- dijo una de ellas.
-Montoneras, son unas cobardes, de una por una- dije muy molesta.
-Callate ballena- gruño Mariana y me golpeo con su bolsa en la cabeza.
-¿Qué te pasa?- replique
-¿Qué te pasa a ti asquerosa? Salir a la calle en público, debieran venderte a un circo como elefante- contesto.
- y a ti llevarte a terapia por anoréxica- conteste enojada, trate de zafarme de esas chicas, pero de nuevo se abalanzaron sobre mí, así que solo me quedo intentar quitármelas de encima.
-Parece que esta basura es importante para ti- dijo Mariana tomando el triangulo
-¡Suéltalo! Es mío- implore
-Ruégame, y tal vez lo piense- contesto Mariana.
-Dámelo, por favor- dije casi llorando
-si tanto lo quieres, ve por el- dijo y lo lanzo tan lejos como pudo, cayó en un charco de lodo, así que corrí lo más rápido que pude y trate de sacarlo.
-¡MIREN COMO LA CERDA REGRESA AL CHIQUERO!- grito Mariana
Solo alcance a escuchar las risas, todos se burlaban, uno de ellos arrojo un pedazo de maíz y sentí un empujón con lo que caí al lodo y me manche totalmente, las risas continuaron, las burlas. En ese momento, solo pensaba en morirme o que me tragara la tierra, comencé a llorar y salí corriendo hacia la salida, resbalándome un poco por el lodo de mis zapatos, tome el bus, y las risas continuaron todo el camino, sentía las burlas y las risas sobre mí, llegue a casa.
-¿pero Alejandra que te paso?- pregunto mi madre preocupada
-No quiero hablar de eso- dije llorando y corrí a encerrarme a la habitación.
Las horas pasaron, cuando escuche que tocaron la puerta.
-¿Quién es?- pregunte aun deprimida.
-¡Ale! Ábreme, soy Gabriel.- contesto
-No quiero hablar, no estoy de ánimo, lo siento.- conteste sollozando.
-Abre la puerta Alejandra- grito mi madre.
-¡No quiero!- replique
Escuche como se alejaban, fue cuando pensé y abrí la puerta despacio, eche un vistazo. No había nadie en el pasillo, o eso pensaba, cuando Gabriel salió del otro lado y me abrazo de nuevo, yo rompí llorando.
-Alejandra ¿Qué te pasa?- pregunto preocupado.
Le conté todo lo sucedido desde lo del triangulo hasta lo del lodo, con lujo de detalles. El me miro dulcemente y volvió a abrazarme, toco mi cabeza con su mano suavemente.
-No llores Ale, no vale la pena llorar por eso- dijo consolándome
-Pero Gabriel, es que me sentí horrible, y ahora tú te irás también, yo… no se qué hacer-  seguí llorando.
-No llores Ale, por favor.- me miro a los ojos, yo lo mire también, sonrió dulcemente y acercándose a mi roso suavemente mis labios con los suyos. Me sorprendí muchísimo, no sabía qué hacer o que decir.  Cuando dejo de besarme me miro nuevamente y dijo:
-Prometí que no tomaría ventaja, pero ya me voy así que no tengo nada de qué arrepentirme-
-Ga…Gabriel… ¿Por qué hiciste eso?- tartamudee aun sorprendida.
-Es sencillo Ale, no quería quedarme con el sentimiento, siempre me has gustado, pero sé que tu quieres a alguien más y no te culpo, aun así prometí seguir a tu lado siempre y ahora que me voy tenía que cumplir conmigo mismo o me hubiese arrepentido el resto de mis días, ahora que te lo he dicho, puedo partir con más tranquilidad- dijo amablemente y cruzo la puerta –Nos vemos Ale, cuídate mucho, te quiero- dijo y se marcho.
Me quede muda unos momentos, no sabía que decir, habíamos sido amigos tanto tiempo y jamás me di cuenta de lo que él sentía, lo lastime, la única persona que ha estado siempre conmigo y yo le lastime, no quiero, volver a lastimar a nadie.
Gabriel se marcho ayer, yo he acallado mi voz desde entonces, o quizás sea esta la que no quiere salir de mi pecho, cuando intento hablar con alguien siempre termino callando, llevo el pequeño triangulo a todos lados, cuando vi partir a Gabriel el me miro a los ojos de nuevo y sonrió, no con su clásica sonrisa, si no una triste casi pude notar que lloraba, sentí un gran nudo en la garganta y también llore, en silencio lo hice, Ernesto no se vio por ninguna parte, supongo ni siquiera supo que Gabriel se fue, sigo pensando que esto es injusto, ahora solo siento que mi alma se está partiendo, ya no quiero nada, no quiero volver a hablar con personas que no saben lo que se siente, los chicos y chicas de la prepa siguen riendo, siguen burlándose y yo los escucho, pero ya no contesto nada, ya no tengo ganas de hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario