No puedo creer el hermoso amanecer que estoy presenciando,
la luz da en la cara con extrema suavidad mientras mis ojos se iluminan al
verla pasar.
-Es hermosa- brillando como el sol,
aquella linda chica de piel bronceada y cabello castaño, en ese lindo traje de
baño azul cielo, parecía un ángel con sandalias.
De alguna manera no pude dejar de
mirarla, sus rasgos transportaban mi pobre corazón de adolescente, hasta el
infinito. Sus mejillas sonrosadas, su cálida sonrisa, resplandeciente como el
sol que llenaba mi cara.
-Quiero conocerla- pensé.
Pero una mujer tan encantadora no
se fijaría en la humildad que poseo, debe ser rica, haber venido a este
escondido paraíso solo a veranear, pero quiero conocerla… tengo que acercarme a
ella, a como dé lugar.
Camine tras un puesto de
salchichas, escondiéndome lo mejor que pude entre las sombrillas de los
bañistas, con cautela, no fuese a pensar que la estaba acosando, ella soltó su
cabello y se introdujo al mar, con dulzura la mire, hermosa sirena de morena
piel, hacia vibrar mi corazón. Retire mis prendas, y me dispuse a seguirla en
el mar, tenía que hablarle, tal vez ella pudiera verme y nuestras miradas se
encontrarían con dulzura, con amor… se
enamoraría de mi.
-Tal vez solo estoy alucinando,
ella nunca se fijara en mi- pensé, y mis propios pesimismos hicieron que no
diera cuenta de empecé a hundirme, de pronto ya no sentí mi cuerpo.
Moriré… sin conocerla…
Y de repente allí estaba, siendo
iluminada con la luz del sol mirándome a la cara, fijamente.
-¿Estás bien?- escuche una dulce
voz que me llamaba.
Abriendo los ojos poco a poco la
mire, era ella, su cabello húmedo y su cálida sonrisa, era ella, ante mis ojos,
no podía creer que fuese tan real, tan cercano.
-¿Estoy en el cielo?- pregunte.
Ella sonrió tiernamente.
-Debe serlo, si veo ángeles caer-
Es decir, como no sincerarme, había
muerto después de todo, y si esta era mi recompensa, tal vez no había tanta
maldad en mí como lo había pensado. Pero si ella estaba ante mí, ella también
habría muerto, no podría ser feliz si supiera eso, mi primer amor, y saber que
murió, sentí mi corazón gritar dentro de mi pecho.
-Tranquilízate- dijo ella con gran
calma –estuviste a punto de ahogarte, pero logre sacarte antes de que pasara,
¿me estabas siguiendo?-
Entonces era eso, aun seguía con
vida, y ella era mi salvadora, ¿Cómo no amarla ahora? Pero espera, sabe que le
estaba siguiendo, sin duda pensara que le acoso, sin duda pensara lo peor de
mí. ¿Qué hare si decide evitarme o decirme que me aleje? ¿Qué haré entonces?
-No pude evitarlo, eres hermosa-
dije casi sin pensar, e inmediatamente me cubrí los labios tratando de tragarme
lo que había dicho.
Ella sonrió, su mirada era
tranquila, dulce, enigmática… pero no había respuesta.
-Discúlpame, si quieres que deje de
molestarte lo hare- comente rápidamente para tratar de cubrir mi error.
Trate de ponerme en pie y salir
corriendo, cobardemente como otras veces, pero ella tomo mi mano y me detuvo.
-Espera- dijo.
Me paralice, ¿Qué estará pensando?,
su sonrisa no se borra, pero sigue siendo misteriosa, enigmática… encantadora.
-Nunca dije que me molestaras- dijo
sonriendo –en realidad, yo también llevo mirándote desde hace tiempo.-
¿Ella me ha estado mirando? Ella… a
mi… no puedo creer tan bellas palabras, ella me miraba, se interesaba en mi.
Sonrió.
Sonreí.
Ella tomo mi mano, yo estreche la
suya contra la mía. Hombres y mujeres nos miraron, sus rostros llenos de dudas,
algunos se burlaban, otros se quedaban mirando… pero yo… estaba feliz, estaba
con ella y ella conmigo. Me besó. Y ambas caminamos por aquella hermosa playa.
-Nota al pie- Este relato se hizo con fines de experimentación en textos, así como tomando la temática para un concurso del foro de Animextremist.com.
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