Ve, ¡corre escóndete! Contaré hasta diez y te buscaré aunque
no estés listo, uno… dos… tres…
…
Otra vez recordé viejas palabras, últimamente Ernesto viene
menos a platicar conmigo y Gabriel,
antes lo hacía cada tarde, después cada tercer día, después cada semana y ahora
lleva un mes que no viene, empiezo a sentirme sola, sobre todo después de saber
que Gabriel se mudará el siguiente mes.
-No te preocupes Ale, sabes que podremos seguir charlando
aunque sea por carta, o también por email, además ya se pueden hacer video
llamadas con la computadora, así que no será tan malo como lo haces ver.- dijo
Gabriel tranquilamente –además todavía falta un mes, me mudare cuando se
termine el semestre, y vendré a visitarte en cuanto pueda, pero quiero estudiar
en esa preparatoria, porque me han dado una beca y de allí tendré asegurada la
carrera en una buena universidad, además aquí también solo te quedará un
semestre. – añadió.
-Pero eres mi único amigo en este lugar Gabriel, no sé qué
haré sin ti, aunque lo trato de entender me es difícil asimilarlo, no es que no
esté feliz, es solo que, aun no te vas y ya comienzo a extrañarte.- dije con
tristeza
-¡Ay Ale! No llores- golpeo
suavemente mi cabeza y luego me abrazo.
________________________________________________________
Te encontré, ese pequeño triangulo siempre hace ruiditos y
te delata, pero sabes una cosa, sus ruiditos son divertidos y de esa manera
aunque te pierdas en la oscuridad te encontraré y te abrazare siempre.
…
Han pasado dos semanas, Alejandra aun se siente triste, la
invite a salir para que nos despejáramos un poco, a mi también se me hace
difícil mudarme; después de todo; toda mi vida la eh pasado aquí, pero mi
familia se ira y conseguí esa jugosa beca en esa preparatoria, no le puedo
hacer el feo, se que ella lo entiende,
pero aun así sigue llorando cada vez que lo recuerda.
Alejandra y yo siempre hemos sido amigos, desde que éramos
pequeños y jugábamos los tres juntos. Ernesto, ella y yo; siempre solíamos
jugar escondidas, y ella encontraba a Ernesto tan rápido que este terminaba
llorando por eso y ella siempre lo abrazaba para que no llorara, viejos
tiempos, pero ahora todo eso es solo un recuerdo, Ernesto se separo de nosotros
y nosotros estamos de este lado.
Me siento triste por Ale, realmente debería intentar hacer
algo.
Salí de casa en la tarde, y fui a casa de Ernesto, quería
hablar con él de todo esto, aun no llegaba cuando me abordaron sus amigos del
equipo y me miraron con cara molesta.
-Oye raro, si tu joto, ¿A dónde vas?-
Camine sin contestar, la verdad discutir no era mi motivo, al
menos no con ellos. Uno de ellos me tomo por la camiseta e intento levantarme.
-¡No me ignores idiota! Puedo partirte la cara cuando
quiera- gruño molesto.
-Eso es algo que me tiene tan preocupado- conteste
sarcásticamente.
-¿Qué dijiste?- y lanzo su puño contra mí, le regrese el
favor, pero todos los demás se metieron, intente defenderme como pude, pero de
repente ya no supe quien era.
Cuando desperté se habían ido, me dolía todo el cuerpo, me
levante y volví a caminar hacia donde iba, esto no me detendría, me toque la
boca palpitante, sangraba. Llegue a la casa de Ernesto, toque la puerta y él
abrió.
-¡Gabriel! ¿Pero que te paso bro?- Escuche su voz preocupada.
-No es nada importante Ernesto, olvídalo.- conteste
serenamente.
-No me digas que lo olvide, dime quien te hizo esto para
irle a partir la cara ahora mismo- dijo molesto.
-¡que lo dejes así Ernesto! Esto no es a lo que vine y no es
lo importante ahora- volví a comentar.
-¡Pero Bro!- replicó.
-Nada de pero Bro, Ernesto ¿Por qué no has ido a casa de
Alejandra?- lo mire
Él se quedo callado y bajo la mirada unos momentos, me
invito a pasar. Su madre me ayudo curar mis heridas, no eran graves, pero
dolían; cuando hubo terminado; fuimos a la habitación de Ernesto, él se sentó
en su cama y yo en un sillón que tenía cerca, lo mire fijamente.
-¿Y bien? Aun espero la respuesta Ernesto- le dije
serenamente.
Se mantuvo silencio.
-¡Dime! ¿Por qué te mantienes callado Ernesto? ¿Por qué ya
no vas a charlar con nosotros a casa de Ale? – pregunte molesto ahora.
Me miro, su rostro reflejaba algo de molestia y cierta
preocupación.
-Es que no se que van a decir los demás del equipo, siempre
que salgo me preguntan a donde voy, últimamente me invitan a más fiestas y no
les puedo decir que no, además…- se
detuvo
-¿Además qué?- le interrogue molesto.
-Además no es genial que te digan que la gorda es tu novia,
me hace pasar ridículos, como esa vez que se nos acerco, y todos comenzaron a
insultarla, me moleste con ellos y se empezaron a burlar de mí, me hicieron
sentir un idiota- dijo molesto.
-¡Gorda! ¡Escúchate! ¿Desde cuándo te importa tanto lo que
digan los demás? no te sientas un idiota- me levante –Eres un idiota, un idiota
como ellos-
-¡Cállate Gabriel! ¡Tú no entiendes lo que es estar bajo esa
presión todo el tiempo!- se puso de pie también
-Y tu olvidaste lo que se siente estar solo.- le recrimine
molesto –Guarda silencio un momento Ernesto y escucha, nunca me importo con que
personas te juntaras es tu vida y tú sabrás que haces con ella, pero si mal no
recuerdo nosotros estábamos siempre solos, hasta que fue la misma Alejandra la
que nos reunió, ella y yo jugábamos juntos y cuando te vio solo, ella te invito
a jugar con nosotros, si tu quieres olvidarte de nuestra infancia y de todo lo
que pasamos está bien y si a ti no te importa a mí también me puede valer… pero
a Alejandra le importa mucho.- lo mire fijamente.
-¿y qué quieres que yo haga Gabriel? ¿Quieres que deje el
equipo solo para juntarme con ustedes? ¿Qué deje a mis otros amigos solo porque
a ustedes no les agradan?- contesto molesto.
-Solo quiero que pienses quiénes
son tus amigos Ernesto- cerré los ojos un momento y me di la vuelta, abrí la
puerta –me mudaré en dos semanas, no me importa si no te despides de mi, ya que
me estoy dando cuenta quienes son los que realmente te importan, adiós… bro…-
salí y cerré la puerta enojado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario