No te olvides, tocar tres veces el triangulo significa te
quiero
…
No pude evitar pensar en lo que me dijo Gabriel, y toda la
noche soñé cosas de cuando éramos pequeños, es cierto que yo siempre estaba
solo, los otros niños se burlaban de mi, decían que tenia dientes de metal y
peinado de cazuela, solo Alejandra me hablo aquella vez, se acerco a mi
sonriendo, yo tocaba el triangulo que me había regalado mi padre, ella escucho y
me invito a jugar con ellos.
Toda la primaria fue así; Gabriel, Alejandra y Yo; siempre
juntos, jugábamos escondidas y ella siempre me encontraba por el triangulo, me
parecía injusto porque tenía que contar después, pero ella siempre sonreía y me
abrazaba, si he de ser sincero, siempre sentí un afecto especial por ella,
pero, todo cambio en la secundaria, casi al finalizar el ciclo mi voz comenzó a
cambiar, me quitaron los brackets y me deje crecer el cabello, fue cuando todas
esas chicas lindas se acercaron a mí y no pude dejar de complacerlas. Ahora que
lo pienso fue allí cuando comenzamos a distanciarnos, aun así, seguimos
frecuentándonos y decidimos ir a la misma preparatoria.
Pero todas esas fiestas y tocadas con la banda pues te
quitan tiempo y ya no pude ir a la casa de Alejandra tan seguido, supuse que
ellos lo entenderían, pero viene Gabriel a armarme un teatro y a decirme
idiota, y yo que me estaba preocupando porque lo habían golpeado…
Pero si lo pienso bien, fui yo quien le dijo gorda a Ale, es
verdad que a veces no escucho lo que digo, aunque no se, siento que debería
disculparme con ella.
Me levante de la cama ese Lunes, me prepare para irme a la
prepa, solo al salir ya estaban esperándome Mariana y sus amigas.
-¡Ernesto, ven que ya es tarde para irnos a la escuela!-
dijo Mariana con amabilidad.
-Qué guapo te ves hoy- comento una de sus amigas.
-Eh, gracias- comente con tranquilidad.
Caminamos los cuatro hasta la parada de autobús, una de
ellas hablaba por celular, otra se acomodaba el cabello y Mariana me llevaba
tomado del brazo mientras se ponía labial transparente en la boca. Me pregunto
porque Alejandra no se arreglara como las otras chicas, siempre la veo igual
sin maquillaje y aunque su ropa se le ve bien pues tampoco es tan llamativa
como la de estas niñas. Tal vez si se cuidara más, no la molestarían.
-¿en qué piensas Ernesto?- pregunto Mariana cuando nos
sentamos en el autobús.
-No es nada Mariana- conteste distante.
Me tomo del brazo y se recargo en mi hombro, le sonreí,
realmente se ve muy linda así. El autobús se detuvo, Alejandra y Gabriel
subieron, el me dirigió una mirada inquisidora y ella solo me miro rápido y se sentó.
Cuando llegamos, ambos bajaron del autobús rápidamente y se alejaron, los seguí
con la mirada unos momentos, pero cuando baje del autobús los perdí de vista,
el resto del equipo de basquetbol ya estaba allí esperándome. Escuche que
hablaban, pero mi mente estaba en otro lado, solo pensaba en disculparme con
Gabriel y Ale, pero no se presentaba la oportunidad.
Pasaron las horas de clases, durante el descanso pensé en
acercarme a ellos, pero el resto de los chicos del equipo me invitaron a comer
a la cafetería, solo los vi que hablaban y Ale lloraba mucho. En el termino de
clases iba decidido a encontrarme con ellos, pero Mariana me dijo que si la
podía acompañar a su casa y le dije que sí. En la tarde, quise ir a verla a su
casa, pero la banda quiso ensayar y ya no tuve tiempo. Ahora estoy de nuevo aquí, recostado en la cama
de mi habitación, pensando que hacer. Cuando me moví un poco la almohada cayó y
un familiar sonido llego a mis oídos, el triangulo se había caído al suelo y
sonó… lo tome entre mis manos y lo toque, sin pensarlo, tres veces.
-Tres veces significan te quiero
Ale- recordé y de alguna manera sonreí
–ya sé que hacer- salte un par de veces emocionado y me fui a dormir.
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